Carta de un lector a una escritora, por Alberto González de la Isua

Carta de un lector a una escritora, por Alberto González de la Isua.

Bienvenido, Alberto. Bienvenido hombre de agua! Gracias por este maravilloso regalo.


He de empezar contando cómo me encontré con“En un rincón del alma”, que no fue por casualidad, no. Ya había oído hablar de la novela, mucho, y tengo que decir que muy bien. Aunque yo esté por las redes sociales de alguna manera, no soy demasiado visible. Suelo ver las novelas que circulan, reseñas que salen sobre ellas, y la verdad es que de alguna cosilla me entero aunque no interactúe.

Mayte ya había leído la novela en su kindle, la descargó de Amazon y después de leerla me habló maravillas de ella. Hasta me dijo que quería tenerla en papel, porque merecía mucho la pena. Y eso llevó a un día que paseábamos por Fnac, pregunté a una atenta dependienta por el título y apareció delante de mis ojos. Tenía que comprárselo y regalárselo, ya que llevaba tiempo queriendo tenerla en sus manos en papel.

Al día siguiente, se me ocurrió la idea de echar un vistazo dentro del libro, porque la portada, la verdad es que ya me había seducido. Ya en casa la veía, con ese paraguas rojo llamándome la atención cada vez que pasaba por delante del libro.

Noté que parecía fácil de leer, y digo esto porque no es que sea un grandísimo lector, más bien no leo demasiado, o va por épocas. No sé, el caso es que me dije que empezaría a leerlo en ese mismo momento. Y empecé por el final (atípico que soy yo…), por el relato que pusiste después de la novela, y me encantó. Me pareció una maravilla, así que no me pude resistir y me puse con la novela sin dilación, sin pensarlo más y teniendo el presentimiento de que me iba a gustar.


No me equivoqué nada de nada. Tras las primeras páginas leídas, ya empecé a escuchar en mi cerebro la voz de Jimena leyéndome a mí la carta que escribía para su madre. Escuchaba cada palabra como si ella estuviera a mi lado contándome con detalle todo lo que pasaba por su cabeza y plasmaba en esos folios que más tarde le leerían a su madre, mientras ella lloraba. Y eso me gusta. Me gusta empezar a leer un libro y que me enganche desde el primer momento, que me hablen los personajes, y Jimena lo consiguió desde el principio. Me trasladó a todos los escenarios en los que ella estaba, me hizo sentir todo lo que ella sentía y me hizo también sentirme identificado con las cosas que le pasaban, con sus sentimientos, con muchas de las vivencias que experimentó en toda su vida.


En esta novela, he visto cómo pasa por mis ojos la vida entera de una mujer que no lo ha tenido nada fácil en la vida, que le ha tocado luchar mucho por todo en lo que creía, por sus sueños y por su felicidad. Y es genial descubrirlo todo desde sus más profundos pensamientos, mucho más íntimo. Es algo que al lector le hace sentir como un cómplice más de su historia, como un amigo al que le está contando su vida, de una forma pausada, tranquila, como si te sentaras con ella a tomar un café en la mesita de un lugar tranquilo, y ese café se alargara afortunadamente el tiempo necesario para escuchar de primera mano una historia maravillosa.

Yo creo, y estoy convencido, que una novela transmite más de un mensaje, y no tiene porqué ser siempre el mismo para todo el mundo. Cada lector ve algo en cada historia, y saca unas conclusiones diferentes. A mí me ha traído muchos recuerdos, me he sentido identificado con muchos de los sentimientos de la protagonista y además me ha hecho sentir. Eso es lo que yo busco cuando leo algún libro, que me enganche con la historia, pero sobre todo que me haga sentir, pensar. Eso es lo más importante. Quizá sea por eso que no leo demasiado, porque antes encontraba esos libros más bien pocas veces. Ahora tengo que reconocer que los encuentro en muchas más ocasiones, y las intento aprovechar.

Confieso que me hizo emocionarme en varios momentos, por todos los sentimientos que lleva la novela consigo, por la forma de contarlos, tan cercana, tan real y tan íntima. He visto que cada uno tenemos un rinconcito en el alma en el que descansan nuestra felicidad, en el que hierven nuestras inquietudes, en el que se debaten nuestras dudas, en el que se enriquecen nuestras victorias, en el que amargan nuestros fracasos, en el que se refugia nuestra soledad, el que nos protege con su paraguas para no mojarnos…

Yo también tengo ese rinconcito, y Jimena me lo ha recordado en apenas dos días de lectura, pero me lo ha recordado de una forma intensa, haciéndome sentir placer al leer y placer con lo que leía.

Sé que esto no es una reseña de la novela, y mucho menos pretendo que lo sea. Esto sólo son los sentimientos que yo he tenido al leerla, lo que me ha hecho sentir, o al menos un pedacito de esos sentimientos, ya que no podría explicar algunas de las cosas que pasaron por mi cabeza mientras leía. Pero de cualquier forma, creo que lo principal está descrito, aunque no sea como lo hacen los grandes escritores. De hecho, no soy escritor.

Tengo que decir también que me resultó tan fácil leer la novela por la forma en que está escrita. Una forma de escribir fluida, que hace que el lector se implique inmediatamente en la historia y que ayuda a que todo lo oigas y lo veas a medida que va sucediendo. Eso me encanta, me fascina meterme dentro del relato y éste en concreto lo consigue con nota.

Creo que ya no hace falta decir que “En un rincón del alma” no me ha encantado, no, ¡ha sido lo siguiente!, y por supuesto, no la recomiendo, ya lo he hecho, a todo el mundo, porque además de que me parece que es genial, que ayuda mucho a que veamos ese rincón que tenemos en el alma que todos tenemos, y a iluminarlo y compartirlo un poco más.

Gracias por descubrirme la vida de Jimena de esta forma tan cercana y tan real. Y gracias por hacer que recordara que el rincón de mi alma sigue ahí. Ha sido una experiencia maravillosa y un auténtico placer.

Alberto.


Reseña de EL BÚHO ENTRE LIBROS

 
Epitafio de un asesino es como una muñeca rusa, esas matrioskas que cuando la abres para ver que hay en su interior, encuentras otra más pequeña que a su vez esconde otra y otra.